martes, 21 de agosto de 2012

Miedo y alegría

Da miedo, la felicidad.
Da miedo abandonarse a los sentimientos de plenitud, mucho más que a los de dolor.
No sea que se acaben.
Aunque sepamos, aunque sepamos en el interior de las tripas del alma, que sólo atreviéndose a vivir intensamente el dolor es posible vivir la alegría.
Sí.
Pero vivir nuestro dolor, si bien es condición necesaria, no es suficiente.
La alegría demanda otra clase de valor.
Y de consciencia.