miércoles, 22 de agosto de 2012

De amor y de crueldad

La crueldad no es, no parece ser, nada personal. No va con los demás, sino con uno mismo. Al otro, en realidad, no lo ves. No es que "yo quiero hacerte daño a ti". Es que "yo necesito hacer esto, por mis propias razones". Y el otro resulta... en un daño colateral.

¿Nadie "ve", pues, a nadie?
¿Es, entonces, posible, el amor?
¿Podemos dejar de usar a los demás en alguna circunstancia?
Seguramente, no. No, mientras los necesitemos. O creamos necesitarlos.
Imposible hablar de amor mientras seamos, o nos sintamos, mendigos.